
B. Brooks
don't think that u r special
Ficha aún en proceso de edición
información básica
Nombre completo. Byron Brooks. Suele decir su apellido, poca gente conoce en realidad cuál es su nombre debido a que esto podría presentar problemas a su persona.
Edad: 29 años.
Género: Masculino.
Especie: Cambia/Muta-formas. Grifo.
Reino: Desconocido. Se rumorea que fue objeto de experimento de Candidos Prismatic en su juventud mas se desconoce la fuente y si es o no cierto.
Puesto: Profesor de Modales.
sobre el personaje
Byron es capaz de cambiar de forma de forma libre durante el día. Sin embargo, por la noche se le hace más complicado controlar esta forma humana y debido a esto, no suele vérsele por el lugar pues se esconde en su habitación.
Siendo un grifo, no tiene demasiadas caracteríasticas, a excepción de las orejas que posee en su forma mitológica y las cuales puede hacer aparecer si es que lo quiere.
Cuando se encuentra transformado en grifo, es capaz de volar, su fueza le aumenta considerablemente y mide 2.50m. de altura.
Byron domina, sobre todo, la magia psicológica; es decir, la que interviene en la memoria. Es capaz de hacer manipulaciones graves pero en contadas ocasiones la utiliza porque busca dar ejemplo a sus alumnos.
En cuanto a su personalidad, es un hombre que suele actuar recto. únicamente cuando coge confianza, es capaz de mostrar una sonrisa. De la misma forma, tiene poca paciencia y es fácil hacerle enfadar. Ha tenido alumnos que han aprovechado esto y se han burlado de él. En cuanto a cercanía se refiere, no busca forjar lazos, sino más bien que cada uno siga el camino que piensa seguir y nada más. Según dicen, cuanto más cerca pareces estar de su corazon, más alejado te encuentras en realidad.
No le gusta confiar en la gente ni tampoco es capaz a ello por su duro pasado. Por estas razones, no actúa como realmente es y es prácticamente desconocida su verdadera personalidad.
Historia
Una vez cuando el mundo aún no había sufrido lo que quedaba por acontecer...
Por aquel llamado "entonces", numerosos reinos convivían en paz y armonía. Todos se ayudaban entre ellos, la tranquilidad era una sensación que inundaba todo lo abarcado por la luna y el sol.
Y en uno de ellos donde la naturaleza era lo que proporcionaba la quietud, habitaba Byron Blair hijo de un caballero muy estimado por el príncipe y de una doctora, también muy solicitada por la realeza. Byron, sin embargo, era el hazmereír de ese lugar pues era ridiculizado casi diariamente por el príncipe, un joven demasiado joven para ocupar dicho puesto. Sus padres sólo podían callarse y acatar las órdenes que daba aquel chico orgulloso; sin embargo, detrás del escenario animaban a su hijo:
Intenta aguantar un poco más, cariño... le decía su madre.
Así, pasaron los años e inesperadamente, una guerra catastrófica arrasó con todo que se desmoronó como si de un castillo compuesto por cartas se tratase y... Parecía que no iba a haber futuro. Los príncipes de los reinos que entonces empezaron a llamarse caídos, fueron destronados y obligados a servir a los mandamases de aquellos lugares que no habáin sufrido tantas bajas y que aún se mantenían en pie.
Los padres de Byron fueron también ofrecidos como una mercancía a otros pero puesto que su naturaleza no era la de dejarse y rendirse, los ejecutaron. Su hijo, ahora huérfano, fue como un habitante normal del reino caído pero enviado a uno específico que, mostrando su poder, queriendo escalar sobre los otros y siendo el más capaz, tomaba habitantes de los caídos, que sirvieron como conejillos de indias para experimentos que, mejor, no desvelar. Este fue el destino de Byron: Candidos Prismatic.
La etapa de su adolescencia no fue agraciada en lo absoluto; a aquello de las seis de la mañana, Byron era despertado a base de gritos y sonidos estridentes y le recibía un hombre, dispuesto a seguir con los experimentos del día anterior y que estaban preparados hasta... Quién sabe cuando. Debido a esto, fue convertido en un ser mitológico a gusto de un noble que dirigía dichos ensayos. Una medicina controlaba sus estados entre humano y grifo; en ocasiones ni siquiera recordaba qué ocurrió durante el lapso de tiempo en el que se volvía aquella especie de animal irreal. Acababa con un gran número de lagunas mentales que provocaban migrañas y las cuales nunca regresaron.
Tras varios años siendo objeto para probar la eficacia de ciertos instrumentos, logró escapar de las instalaciones. Llegó a parar a un lugar donde vivía un joven solo. Al saber acerca de su historia, se ofreció a ayudarle. Se llamaba Damien Brooks y fue algo así como su compañero de piso durante un buen tiempo hasta sus veintitrés años. A esa edad, se llevaban como hermanos.
Muchos habían olvidado el revuelo que causó por haber escapado de las instalaciones clandestinas de Candidos Prismatic. La vida de ambos era normal, tranquila... Y así siguió hasta el momento en el que Damien desapareció del mapa. No supo qué ocurrió con él pero no volvió a verlo.
Esperó durante un año mas no apareció. Fue casi como si borraran toda existencia de él. A quien preguntaba, no lo conocían pese a que lo habían visto o solían saludarlo.
En un ataque de nervios en busca de ordenar sus ideas acerca de Damien, perdió el control de sí mismo y también de su característica que apenas y mencionó a su compañero. Estuvo tiempo deambulando por bosques, sin saber muy bien cómo revertir los efectos de su forma inhumana.
Gracias a que se pudo calmar, logró mantenerlo a raya durante el día pero no ocurría de la misma forma en la noche, hecho que aún sigue sucediendo.
Más tarde, solicitó una plaza en la academia Arbitrium para impartir la asignatura que se necesitara, la cual fue modales. Allí, debido a que quería preservar su identidad, tomó el apellido de Brooks y se haría llamar de dicha forma entre los alumnos y todos en la academia.